En entornos como hoteles, donde hay un flujo constante de huéspedes de diferentes edades y condiciones de salud, contar con un DESA accesible y con personal formado puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en los primeros minutos tras un colapso cardíaco. Además, contribuye a que el establecimiento cumpla con la normativa vigente en muchas comunidades autónomas.

Un desfibrilador DESA (Desfibrilador Externo Semiautomático) es un dispositivo médico que puede salvar vidas en casos de parada cardiorrespiratoria, proporcionando una descarga eléctrica controlada al corazón cuando detecta un ritmo letal. Su presencia en un hotel permite intervenir de forma inmediata mientras llegan los servicios de emergencia, lo cual es vital, ya que las posibilidades de supervivencia disminuyen en un 10% por cada minuto que pasa sin actuar. En un entorno tan dinámico como un hotel, donde conviven huéspedes, personal y visitantes, contar con un DESA y con personal formado puede marcar la diferencia ante un imprevisto cardíaco.

Además de su impacto directo en la seguridad y bienestar de las personas, disponer de un DESA en el hotel puede ser un requisito legal en muchas comunidades autónomas españolas, especialmente en espacios con alta afluencia de público. La instalación del desfibrilador, junto con la formación del personal en Soporte Vital Básico (SVB), contribuye no solo al cumplimiento normativo, sino también a reforzar la imagen de responsabilidad y compromiso con la salud por parte del establecimiento. Invertir en cardioprotección es, por tanto, una medida estratégica que combina seguridad, normativa y reputación.